Orígenes de su nombre
La Zona Arqueológica Las Ventanas debe su nombre a las ventanas de la casa acantilado que se encuentra en la parte superior del sitio.
Localización
La Zona Arqueológica Las Ventanas se localiza en el Sur del estado en el desagüe del Valle de Malpaso y Juchipila muy cercano al actual estado de Jalisco y a sólo a 175 kilómetros del sitio de La Quemada.
Los trabajos arqueológicos han permitido caracterizar al sitio como el más grande desarrollo cultural del Cañón de Juchipila ya que comprende un centro cívico-ceremonial con arquitectura residencial, el cual fue ocupado por lo menos en las etapas más tardías por parte de grupos de habla náhuatl y que según las fuentes etnohistóricas serían los Caxcanes. Grupo que libro una serie de batallas en el siglo XVI hasta su derrota final en la Guerra del Mixtón fundamental entre 1540-41. Pruebas de radiocarbono han dado rangos de fechas que sugieren que la ocupación comenzó en el sitio por lo menos desde el siglo primero d.C. Sin embargo, la mayor ocupación del sitio se da durante el Epiclásico (600-1200 d.C.) y su florecimiento en el Postclásico (1200-1531 dC.).
Historia del sitio
Las visitas a este sitio por parte de investigadores han sido múltiples pero no hubo suficiente interés en el sitio sino hasta finales de la década de los ochenta y principios de los noventa. Hrdlicka realizó investigaciones y excavaciones en áreas muy cercanas, e inclusive visitó esta zona arqueológica en 1898 y 1902, sin interesarse mucho por el sitio (Hrdlicka 1903). Otros investigadores (Lumholtz 1902, Isabel Kelley 1948, Margáin 1944), estuvieron trabajando o visitando zonas aledañas pero no dieron mayor atención a esta zona arqueológica. Charles Kelley estuvo también por la zona cuando trabajo en el sitio de Totoate en el cañón de Bolaños entre 1960 y 1963, llegando a visitar Las Ventanas, más su interés en ese momento estaba enfocado en la porción más Sureña. En 1984, Phil Weigand hace una prospección del sitio y hace una primera clasificación del material en superficie del sitio y del valle de Juchipila (Weigand 1985).
En 1987, el arqueólogo Manfred Reinhold lleva acabo el registro y la poligonal de protección de Este sitio. Posteriormente, la arqueóloga estadounidense de la Universidad de Tulane, Elizabeth Mozzillo, presentó ante el Consejo de Arqueología una propuesta de investigación en 1988, la cual fue aceptada y la que le permitió realizar sus actividades de investigación durante tres años (Oficios 401-7/083, 038, y 401-36-374-90). Los trabajos que la arqueóloga Oster realizó consistieron en hacer un mapa general del sitio y de las estructuras (trabajo que fue hecho por la Secretaria de Obras del Estado de Zacatecas), colecta de material en superficie, excavación de pozos de sondeo, y toma de muestras para pruebas de C14. Posteriormente, el arqueólogo Peter Jiménez (en 1985) y la arqueóloga Baudelina García (1994 y 1996), dieron atención a llamados de denuncias hechas por el municipio sobre posibles trabajos ilegales hechos en la zona y lograron que el municipio proporcionara vigilantes para resguardar el área.
En 2002 el arqlgo. Nicolas Caretta inició una gran prospección del sitio logrando topografiar y hacer levantamientos de la parte central del sitio. Con esta información realizó sondeos en la mayor parte del área central. Este trabajo continuó en varias temporadas de campo, en 2009 el proyecto quedo a cargo del arqlgo. Armando Nicolau quien realizó principalmente labores de mantenimiento hasta 2010.
Descripción del sitio
El sitio se encuentra ubicado frente al actual poblado de El Remolino, donde también hubo asentamientos (además de materiales) que formaban parte del mismo sitio, y que ahora se encuentran bajo los cimientos del actual poblado según lo reportado por la arqueóloga Baudelina García (1994 y 1996).
La orografía, el suelo, la altura, el clima y la presencia de agua permanente que corre en el Río Juchipila, han hecho de Este desagüe un área propicia para el asentamiento de grupos humanos. El Río Juchipila se encuentra en la porción Sur del actual estado de Zacatecas en un cañón profundo que corre de Norte a Sur después de su entronque con el Río Mezquital y posteriormente se une al Río Lerma Santiago. El valle de Juchipila esta flanqueado por dos sierras montañosas, las Sierra de Morones, la cual forma una barrera entre el valle de Tlaltenango y la Sierra de Nochistlán hacia el lado Este, lo que a su vez separa el valle de Juchipila de la región conocida ahora como los Altos de Jalisco.
Estas sierras tienen alcanzan una altura máxima de 2,800msnm en la parte Norte del valle. La parte baja del valle se encuentra a escasos 900msnm por abajo de las sierras y el Río Juchipila pierde altura en su extremo Norte a la altura de la presa Chique (1700msnm) hasta su confluencia con el Río Santiago (1000msnm). El valle de Juchipila forma un corredor hacia la Cuenca del Lerma-Santiago y por tanto al occidente de México. Este valle sumamente fértil constituye una de las regiones clave no sólo para el entendimiento de las ocupaciones sedentarias en el estado de Zacatecas sino también en la dinámica cultural de la frontera Norte durante el período Clásico y Posclásico.
De acuerdo a los trabajos desarrollados por el arqlgo. Nicolas Caretta La distribución mayor del sitio es en su eje Norte-Sur y la menor de Este-Oeste. Las estructuras principales se ubican en la parte central casi de manera equidistante.
Plataformas
Se han detectado 9 estructuras de características similares. Espacios abiertos de limitados por muros y estructuras, en su superficie se ha localizado una gran cantidad de materiales arqueológicos y se supone que en ellas se realizaban actividades cívico-religiosas.
Montículos
Estas estructuras son elevaciones artificiales de diferentes tamaños y formas, algunas aparentemente de forma circular, que se sobreponen a las plataformas. Se han detectado 25 montículos.
Estructuras piramidales
La gran pirámide
Sin duda, el montículo de mayor tamaño en el sitio, sus dimensiones son de 30.48 por 32 metros, con un área superficial de 975.36 metros cuadrados. Se encuentra sobre la cota de los 1439.29msnm y tiene una altura de 5.59 metros sobre el nivel del suelo. Los restos visibles desde la superficie dan la apariencia de una estructura piramidal que en la cima contaba con una estructura cuadrangular. En la cara E se localiza de inmediato el desfiladero desde el cual se tiene vista al valle, en dirección a la sierra de Nochistlán, desde este punto es perfectamente visible la comunidad de El Remolino, además de Juchipila al NE. Varios metros abajo del acantilado y sobre la cara este del cerro se ubica la casa acantilado conocida como Las Ventanas. Al Oeste se encuentra el Patio Central.
Juego de Pelota
Elementos arquitectónicos que se ubican en la parte baja de la ladera Sur del cerro, la alineación de montículos da la apariencia del cabezal de un juego de pelota. De hecho la parte más clara es la que se encuentra cercana a la Estructura 9 donde se puede apreciar ligeramente la forma del cabezal con forma de “I” latina. La ubicación aproximada del centro de esta estructura en coordenadas UTM es N2364011 y E693688. Su largo aproximado es de 60m y su ancho es de 40 metros. Los muros de dos de los montículos que conforman la parte del cabezal están bien delimitados y alcanzan una altura de más de un metro que permiten que sea fácil de distinguir. Las piedras que se utilizaron para su construcción son rocas basálticas, riolitas y algunas rocas calizas de formas muy irregulares.
Patios
Patio 1
Se encuentra en la parte que se ha considerado como la principal en la cima del sitio que delimita la parte central, sus coordenadas centrales son E693394.04 y N2364230.88. Tiene un área aproximada de 724.43 metros cuadrados y una elevación de 1433.50 msnm.
Terrazas
En la ladera Sur del cerro se encuentran una serie de terrazas se trata de un grupo de 12 terrazas casi homogéneas en longitud, pero que varían en la anchura que se da entre unas y otras.
Casa acantilado
De hecho, el sistema constructivo es similar al que encontramos es estas otras zonas, además de su apariencia, aunque el tamaño de esta sea muy pequeño a comparación de las que podríamos encontrar en Chihuahua por ejemplo. Se ha mencionado que por sus características este punto era utilizado como puesto de vigilancia, sin embargo también pudo haber tenido otra función.
El acceso a este edificio es por la cara Este del cerro por la vereda principal que da inicio unos 150 metros antes del cementerio municipal. En el camino de acceso a este edificio se puede ver mucho material arqueológico que ha sido arrastrado desde la cima del cerro, además de rocas riolíticas y basálticas de todos tamaños. Ya a unos metros antes de llegar es necesario subir por una pared inclinada de unos 2 metros de altura, hasta el terraplén desde donde se accede para llegar a la parte baja de la roca madre que aflora y que forma la base de donde arranca el muro de la fachada.
Este edificio se encuentra en un abrigo rocoso en el acantilado a unos 40 metros debajo de la cima que ve hacia el valle adaptando el contorno del muro de la fachada al contorno del espacio que forma el mismo abrigo.
El muro tiene una dirección SW-NE y mide 11.37 metros de largo por 3.67 metros de altura aproximadamente (hay unas partes más bajas que tiene una altura de 3.00 en promedio). El muro principal que forma la fachada está construido con rocas riolíticas y basálticas algunas trabajadas y otras de formas irregulares unidas por medio de argamasa de arcillas y pastos. El grosor promedio de los muros oscila entre los 40 y 49 centímetros dependiendo de la sección. Las rocas del muro principal que forman la fachada del edificio están recubiertas de un enjarre (arcillas y pastos), aplanado (arcillas, cal y pastos) y franjas de pintura (pigmentos naturales, tierras naturales y cal).
Tiene dos ventanas y las improntas de las maderas que alguna vez funcionaron como dinteles. Al menos en tres puntos se puede notar que esas improntas son de forma circular. Estos dinteles todavía se encontraban en su sitio hasta mediados de los ochenta. Las ventanas varían en sus medidas. La primera que se encuentra de derecha a izquierda es la más pequeña y mide 1.06 metros de altura, la parte baja es de 51 centímetros y la parte superior donde ha perdido los dinteles es de 1.11 metros. La segunda ventana mide 1.65 metros, la parte baja del vano mide 65 centímetros y la parte superior mide 1.24 centímetros.
El espacio al interior de este edificio es muy pequeño y no muestra ningún muro interno o división de áreas al interior. Al parecer existió un apisonado que ahora ha desaparecido, casi con seguridad, por la pérdida de la parte Norte del muro que cerraba toda la fachada, y sólo queda la impronta de lo que fue este apisonado marcado sobre la parte interna del muro.
La profundidad máxima que alcanza este abrigo rocoso es de 3.52 metros y tiene un área total de unos 215.84 metros cuadrados. Hay tres orificios de forma cuadrangular que hacen pensar que funcionaron como respiraderos si es que adentro se realizó en algún momento quema de madera para fogatas. De hecho, el muro interior esta ennegrecido por el hollín resultado de la quema de madera u otro elemento. En promedio miden 37centímetros de alto por 20 centímetros de ancho y mantienen el grosor del muro. En la fachada hay una perforación en la parte Sur, así como la pérdida de la parte Norte, ambas resultado del vandalismo. El aplanado y la pintura también han sufrido toda clase de destrucción y erosión.
El acceso que en la actualidad tenían los visitantes era precisamente por la parte Norte donde ya no hay parte del muro, punto que además de acceso servía para que los visitantes arrancaran las piedras para llevarse un “recuerdo” del sitio. Esto no es de sorprendernos ya que es un edificio que ha sido reutilizado durante épocas prehispánicas hasta la fecha.
De hecho, por ser el objeto de atracción del sitio no sólo ha sido lo que le dio nombre al sitio sino que también ha sido el punto de reunión de varias generaciones de visitantes locales que acostumbraban a reunirse en este sitio y pernoctar, haciendo fogatas y frecuentemente dañando la estructura. Al interior no fue encontrado ningún tipo de material arqueológico de tipo mueble, solamente existe mucho grafiti, al igual que en su exterior.
Acceso
El sitio de Las Ventanas se encuentra a sólo ocho kilómetros de la cabecera municipal (Juchipila) por la carretera federal 54. Las ventanas de la casa acantilado ubicada en el sitio da nombre a esta zona arqueológica, estas ventanas son visibles desde la carretera.
Si bien la parte más importante del sitio se encuentra ubicada sobre la cima del Cerro de Las Ventanas, de donde toma el nombre esta zona arqueológica (coordenadas E693386.82/N23642.30), el resto de las estructuras se encuentran dispersas en los cerros aledaños (Cerro Chihuahua, Pico del Pecho y Pico del Águila) y en las partes de pie de monte. El sitio tiene aproximadamente unas 119 ha de extensión lo que rebasa lo reportado en los primeros y únicos informes parciales entregados por Mozzillo (1989: 3).
Contacto
Arqlgo. Marco Antonio Santos Ramírez
Teléfono Celular: 492-1451047
Aviso: La Zona Arqueológica Las Ventanas no está abierta al público.
La foto del principio está mal, esa foto es de un abrigo rocoso en Chihuahua, y si no estoy mal, es Cuarenta Casas, no Ventanas, Zacatecas.
ResponderEliminarY ahora que veo, la imagen tres es de La Ferrería, Durango....
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